martes, 5 de agosto de 2008

Una meada real

Jean Marcel Chéry

El Rey de España salió apresurado del salón Contadora de Atlapa donde él, el primer ministro de Portugal y los jefes de Estado de Iberoamérica debatían sobre el futuro de la niñez. Una batería de reporteros locales se acercó al monarca y lo siguió. ¿Qué se le pregunta a un Rey?, dijo un periodista al resto de colegas que cubríamos la X Cumbre de Jefes de Estados. Nadie respondió.
Un reportero gráfico encandiló al Rey, con la lámpara de su cámara. Con un ademán, Juan Carlos de Borbón pidió al camarógrafo que apagara la luz de su aparato. Al parecer, el camarógrafo no entendió las señas. Su Majestad caminó hacia el tipo de la cámara y gritó: "¿Podés apagar eso?". Siguió su recorrido con un paso más rápido, sus rodillas parecían chocarse entre sí.

Llegó al cubículo de la delegación española y le habló al oído a un paisano. Sus acompañantes lo condujeron hacia un baño utilizado regularmente por empleados del centro de convenciones. Dos minutos después salió del cuartito. Se le veía más calmado, más liviano, ya no tenía prisa. Regresó al salón Contadora, para seguir escuchando la intervención del presidente costarricense, Miguel Angel Rodríguez.

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